jueves, 30 de septiembre de 2010

Clostridium difficile (metacognición)

Clostridium difficile, también conocido como “C. diff” es un germen que puede provocar diarrea. La mayoría de los casos de infecciones por C. diff ocurren en pacientes que están tomando antibióticos. Los síntomas más comunes de una infección por C. diff incluyen:
• Diarrea acuosa
• Fiebre
• Pérdida del apetito
• Náusea
• Dolor y sensibilidad abdominal

Los ancianos y las personas con ciertos problemas médicos tienen más probabilidades de contraer C. diff. Las esporas de la C. diff pueden vivir fuera del cuerpo humano por mucho tiempo y pueden encontrarse en objetos del ambiente, tales como ropa de cama, rieles de la cama, accesorios del baño y equipo médico. La infección por C. diff puede transmitirse de persona a persona por medio del equipo médico contaminado y por las manos de las visitas, los doctores, las enfermeras, otros proveedores de atención médica.

Clostridium difficile es una causa importante de la diarrea asociada a antibióticos, que en su forma más grave puede dar lugar al síndrome clínico de colitis pseudomembranosa, que conlleva una mortalidad significativa. Pese a que Clostridium difficile puede ser un componente de la flora bacteriana intestinal normal, puede convertirse en un patógeno oportunista después del tratamiento del paciente con antibióticos por la alteración que estos producen en la flora intestinal normal. En las circunstancias apropiadas, las cepas productoras de toxina de Clostridium difficile producen dos toxinas: la toxina A, una enterotoxina histopática y la toxina B, una citotoxina in vitro. La literatura indica que la toxina A y la toxina B son producidas al mismo tiempo. Se piensa que los síntomas clínicos asociados con la enfermedad se deben sobre todo a la toxina A y hasta la fecha no se han encontrado evidencias convincentes de que la toxina B tenga actividad biológica importante en la enfermedad de presentación natural.

Estreptococo tipo A (metacognición)

Los estreptococos del grupo A son bacterias que suelen estar presentes en la garganta y sobre la piel. La mayoría de las infecciones por GAS producen enfermedades relativamente leves, como el estreptococo de garganta y el impétigo. Sin embargo, en ciertas ocasiones estas bacterias pueden provocar enfermedades mucho más graves y que pueden poner en peligro la vida, como la fascitis necrotizante (generalmente denominada "la bacteria carnívora") y el síndrome de shock tóxico estreptocócico (STSS, por sus siglas en inglés). Además, las personas pueden portar estreptococos del grupo A en la garganta o en la piel sin presentar síntoma alguno de la enfermedad.


Estas bacterias se contagian por contacto directo con secreciones nasales o de la garganta de personas infectadas con lesiones cutáneas infectadas. El riesgo de contagio es mayor cuando la persona se encuentra enferma, por ejemplo, cuando las personas tienen estreptococos en la garganta o en una herida infectada. Los portadores asintomáticos de la bacteria son mucho menos contagiosos. El tratamiento de una persona infectada con un antibiótico apropiado durante 24 horas o más, elimina la posibilidad de contagio con la bacteria. Sin embargo, es importante realizar el tratamiento completo con antibióticos tal como ha sido formulado. Artículos domésticos como platos, copas, juguetes, etc., no tienen mayor importancia en la transmisión de la enfermedad.

Las infecciones estreptocócicas invasivas del grupo A ocurren cuando la bacteria traspasa las defensas de la persona infectada. Esto puede ocurrir cuando una persona tiene llagas u otras heridas en la piel, que le permitan a la bacteria introducirse en el tejido. Las condiciones de salud que disminuyen la inmunidad de una persona a la infección también hacen que aumente la probabilidad de que se produzca la enfermedad invasiva. Además, existen ciertas variedades de GAS que pueden causar enfermedades más graves que las producidas por otras variedades. La razón por la cual ciertas variedades provocan más enfermedades graves no está del todo clara, pero puede guardar relación con la producción de sustancias (toxinas) que causan shock y daño a órganos y enzimas que provocan la destrucción de tejidos.

Pocas personas que entren en contacto con una variedad virulenta de GAS desarrollarán la enfermedad invasiva GAS; la mayoría de las personas, en cambio, padecerá una infección cutánea o de garganta común y algunas pueden no presentar síntomas. Pese a que las personas sanas pueden contraer la enfermedad invasiva GAS, la población de mayor riesgo está conformada por quienes padecen enfermedades crónicas, como cáncer, diabetes y diálisis renal, así como quienes utilizan medicamentos como esteroides. Asimismo, los cortes en la piel, como heridas quirúrgicas o varicela, pueden constituir una oportunidad para que la bacteria ingrese al cuerpo.


La bacteria estreptococo del grupo A puede ser tratada con antibióticos comunes de muy bajo costo. La penicilina es el medicamento que se utiliza para casos leves y graves. En el caso de pacientes alérgicos a la penicilina que presenten casos leves, puede utilizarse la eritromicina, aunque se han registrado algunos casos de resistencia ocasional. También se puede utilizar la clindamicina para tratar a pacientes alérgicos a la penicilina afectados por un ataque más grave de la enfermedad; este medicamento también puede agregarse al tratamiento en casos de fascitis necrotizantes o STSS. Existen otros antibióticos que también son efectivos. Además de los antibióticos, el cuidado en una unidad de terapia intensiva y en ciertos casos la cirugía, son necesarios para estas enfermedades. El tratamiento temprano puede disminuir el riesgo de muerte aún cuando, desafortunadamente, ni siquiera la terapia apropiada logre evitar la muerte en todos los casos.

jueves, 20 de mayo de 2010

Taller (mayo)

1.BIODIVERSIDAD: (neologismo del inglés Biodiversity, a su vez del griego βιο-, vida, y del latín diversĭtas, -ātis, variedad), también llamada diversidad biológica, es el término1 por el que se hace referencia a la amplia variedad de seres vivos sobre la Tierra y los patrones naturales que la conforman, resultado de miles de millones de años de Evolución según procesos naturales y también, de la influencia creciente de las actividades del ser humano. La biodiversidad comprende igualmente la variedad de ecosistemas y las diferencias genéticas dentro de cada especie que permiten la combinación de múltiples formas de vida, y cuyas mutuas interacciones y con el resto del entorno, fundamentan el sustento de la vida sobre el planeta.
La Cumbre de la Tierra celebrada por Naciones Unidas en Río de Janeiro en 1992 reconoció la necesidad mundial de conciliar la preservación futura de la biodiversidad con el progreso humano según criterios de sostenibilidad o sustentabilidad promulgados en el Convenio internacional sobre la Diversidad Biológica que fue aprobado en Nairobi el 22 de mayo de 1972, fecha posteriormente declarada por la Asamblea General de la ONU como Día Internacional de la Biodiversidad. Con esta misma intención, el año 2010 fue declarado Año Internacional de la Diversidad Biológica por la 61ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2006, coincidiendo con la fecha del Objetivo Biodiversidad 2010.2

TAXONOMIA: La Taxonomía Biológica es una subdisciplina de la Biología Sistemática, que estudia las relaciones de parentesco entre los organismos y su historia evolutiva. Actualmente, la Taxonomía actúa después de haberse resuelto el árbol filogenético de los organismos estudiados, esto es, una vez que están resueltos los clados, o ramas evolutivas, en función de las relaciones de parentesco entre ellos.

2. SISTEMAS DEL CUERPO:

Sistema Muscular.

El cuerpo humano contiene más de 650 músculos individuales fijados al esqueleto, que proporcionan el impulso necesario para realizar movimientos. Estos músculos constituyen alrededor del 40% del peso total del cuerpo. El punto de unión del músculo con los huesos o con otros músculos se denomina origen o inserción. El punto de origen es el punto de unión en el que se fija el músculo al hueso. El punto de inserción es el punto de unión con el hueso hacia el que se mueve el músculo. Generalmente, los músculos están unidos por resistentes estructuras fibrosas denominadas tendones. Estas uniones conectan una o más articulaciones, y el resultado de la contracción muscular es el movimiento de las articulaciones. El cuerpo se mueve principalmente por grupos musculares, no por músculos individuales. Estos grupos de músculos impulsan todo tipo de acciones, desde enhebrar una aguja hasta levantar objetos pesados.

Sistema nervioso.

El sistema nervioso del cuerpo humano se encarga de enviar, recibir y procesar los impulsos nerviosos. El funcionamiento de todos los músculos y órganos del cuerpo depende de estos impulsos. Tres sistemas trabajan conjuntamente para llevar a cabo la misión del sistema nervioso: el central, el periférico y el autónomo. El sistema nervioso central es el encargado de emitir impulsos nerviosos y analizar los datos sensoriales, e incluye el encéfalo y la médula espinal. El sistema nervioso periférico tiene la misión de transportar los impulsos nerviosos a y desde las numerosas estructuras del cuerpo, e incluye numerosos nervios craneoespinales que se bifurcan desde el encéfalo y desde la médula espinal. El sistema nervioso autónomo esta formado por los sistemas simpático y parasimpático, y se encarga de regular y coordinar las funciones de las partes vitales del cuerpo.

Sistema cardiovascular.

Para que el cuerpo se mantenga con vida, cada una de sus células debe recibir un aporte continuo de alimento y oxígeno. A la vez, debe recogerse el dióxido de carbono y otros materiales producidos por estas células para eliminarlos del cuerpo. Este proceso lo realiza continuamente el sistema circulatorio. El sistema circulatorio principal está formado por el corazón y los vasos sanguíneos, que juntos mantienen el flujo de sangre continuo por todo el cuerpo transportando oxígeno y nutrientes y eliminando dióxido de carbono y productos de desecho de los tejidos periféricos. Un subsistema del sistema circulatorio, el sistema linfático, recoge el fluido intersticial y lo devuelve a la sangre. El corazón bombea sangre oxigenada desde los pulmones a todas las partes del cuerpo a través de una red de arterias y ramificaciones más pequeñas denominadas arteriolas. La sangre vuelve al corazón mediante pequeñas venas, que desembocan en venas más grandes. Las arteriolas y las vénulas están unidas mediante vasos más pequeños aún denominados metarteriolas. Los capilares, vasos sanguíneos del grosor de una célula, se ramifican desde las metarteriolas y luego se vuelven a unir a estas. El intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre tiene lugar en esta red de finos capilares. Un adulto por término medio tiene unos 96.540 Km. de vasos sanguíneos en su cuerpo.

Sistema respiratorio.

El sistema respiratorio es el responsable de aportar oxígeno a la sangre y expulsar los gases de desecho, de los que el dióxido de carbono es el principal constituyente, del cuerpo. Las estructuras superiores del sistema respiratorio están combinadas con los órganos sensoriales del olfato y el gusto (en la cavidad nasal y en la boca) y el sistema digestivo (desde la cavidad oral hasta la faringe). En la faringe, los órganos respiratorios especializados se bifurcan. La laringe está situada en la parte superior de la tráquea. La tráquea desciende hacia los bronquios, que se ramifican en la bifurcación traqueal para pasar a través de los hilios de los pulmones izquierdo y derecho. Los pulmones contienen los pasillos más estrechos, o bronquiolos, que transportan aire a las unidades funcionales de los pulmones, los alvéolos. Allí, en los miles de diminutas cámaras alveolares, se transfiere el oxígeno a través de la membrana de la pared alveolar a las células sanguíneas de los capilares. Del mismo modo, los gases de desecho se desprenden de las células sanguíneas hacia el aire en los alvéolos, para ser expelidos en la exhalación. El diafragma, un músculo grande y delgado situado debajo de los pulmones, y los músculos intercostales y abdominales son los responsables de ayudar al diafragma, contrayendo y expandiendo la cavidad torácica por efecto de la respiración. Las costillas funcionan como soporte estructural de todo el conjunto torácico y las membranas pleurales ayudan a proporcionar lubricación a los órganos respiratorios de forma que no se irriten durante la respiración.

Sistema digestivo.

El sistema digestivo tiene la función de procesar el alimento, separando las proteínas, los hidratos de carbono, los minerales, las grasas y otras sustancias que necesita el cuerpo, e introducirlo todo en la corriente sanguínea de modo que lo pueda utilizar el cuerpo. El tracto digestivo comienza en la boca, donde la mandíbula y la lengua comienzan a deshacer el alimento con la ayuda de la saliva secretada por las glándulas salivares. El alimento masticado, combinado con la saliva, se ingiere y se transporta por el esófago mediante movimientos peristálticos (contráctiles) hasta el estómago. En el estómago, el alimento se combina con ácido clorhídrico que ayuda a deshacerlo más. Cuando se ha digerido completamente el alimento, el resto de fluido, denominado quimo, pasa a través del píloro a los intestinos grueso y delgado. En el largo y serpenteado intestino delgado, se absorben de la corriente sanguínea los nutrientes del quimo, dejando los residuos que no sirven. Estos residuos pasan a través del colon (donde la corriente sanguínea absorbe la mayor parte del agua) y se introducen en el recto donde se almacenan antes de excretarse. Estos desechos sólidos, denominados heces, se unen y en el proceso de excreción pasan a través del canal anal y el ano. A lo largo del tracto digestivo, el páncreas, el bazo, el hígado y la vesícula biliar segregan enzimas que ayudan durante el proceso digestivo.

3. ENFERMEDADES:
- Artritis
- Diabetes
- Distrofias musculares
- Osteoporosis

Carbunco (metacognición)


El carbunco o ántrax es una enfermedad de origen telúrico, contagiosa, aguda y grave, que puede afectar a todos los homeotermos y entre ellos al hombre, causada por Bacillus anthracis, un bacilo Gram positivo, aeróbico y esporogénico.

Patogenia

Las endosporas penetran a través de heridas, mediante ingestión o inhalación, y son fagocitadas por los macrófagos que las vehiculan hasta los ganglios linfáticos regionales. En su interior las endosporas germinan, transformándose en bacterias vegetativas, pasando al sistema linfático y sanguíneo donde se multiplican y diseminan produciendo septicemia.
Bacillus anthracis expresa distintos factores de virulencia que se encuentran codificados en dos plásmidos pXO1 y pXO2. El primero de ellos alberga los genes responsables de la síntesis de exotoxinas (factor edema, factor letal y antígeno protector), que incrementan los niveles de AMPc y provocan edema masivo y liberación de citoquinas proinflamatorias (TNF-, IL-1 mientras que el segundo se encarga de la síntesis de la cápsula antifagocítica. La expresión de estos genes está condicionada por diversos factores ambientales tales como la temperatura y la concentración de CO2. La toxemia resultante es la responsable de la muerte de los animales infectados mientras que la cápsula producida dificulta la fagocitosis por los macrófagos circulantes.

Meningitis bacterial (metacognición)


La meningitis puede definirse como una inflamación de las leptomeninges (piamadre y aracnoides) con afectación del LCR que ocupa el espacio subaracnoideo; puesto que tanto las leptomeninges como el LCR se extienden por el cerebro y canal medular, el término implica siempre una afectación cerebroespinal. La meningitis bacteriana es quizás una de las más claras emergencias de todas las enfermedades infecciosas puesto que el tratamiento tardío o inadecuado incrementa el riesgo de muerte o de morbilidad neurológica en aquellos que sobreviven. La meningitis bacteriana es más frecuente en las edades extremas y entre los inmunodeprimidos, pero puede ocurrir en cualquier grupo de edad.

MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEUROLÓGICA

Transcurridos ya más de 50 años de la era antibiótica, aunque la mortalidad de la meningitis bacteriana se ha reducido, permanece inaceptablemente alta para una enfermedad en la cual la curación microbiologica es la regla. La mortalidad y la morbilidad neurológica a largo plazo es variable y dependiente del agente infeccioso específico, edad del paciente, gravedad de la fase aguda de la enfermedad, y la presencia de complicaciones sistémicas (Tablas 1 y 2). La mortalidad de la meningitis debida a S. pneumoniae es de alrededor del 30% en el adulto, y en los niños del 5% al 15% (8, 9, 10), y las secuelas neurológicas, especialmente manifiestas en la edad infantil, afectan en mayor o menor grado a más del 30% de los supervivientes (8, 11).

Varicela (metacognición)


La varicela (también llamada peste cristal en Chile, payuelas en Andalucía, chinas en Canarias, lechina en Venezuela y popocha en el sureste de México) es una enfermedad contagiosa causada por el virus varicela-zóster, un virus de la familia de los herpesvirus que también es el causante del herpes zóster. Es una de las enfermedades clásicas de la infancia, que en los niños suele ser leve pero en adolescentes y adultos tiene mayor riesgo de complicaciones. La enfermedad dura alrededor de una semana.

Historia

Durante años, se pensó que la varicela era una forma especial de la viruela. Fue descrita por primera vez en el siglo XVI, por diferentes autores con el término Cristalli o Verol volante (el virus de la viruela de vuelo). La expresión varicela fue otorgado por Daniel Sennert en 1632. Sólo el médico Inglés William Heberden produjo una distinción clara entre la varicela y la viruela. Desde la segunda mitad del siglo XIX Eduard Heinrich Henoch y Antoine Marfan precisaron los peligros de la enfermedad. El dermatólogo de Hamburgo Paul Gerson Unna describió los cambios histológicos que distinguen la varicela de la viruela. En la primera mitad de la siglo XX, poco a poco la relación entre la varicela y el herpes zóster se fue demostrando. En 1952 se detectó por el microscopio electrónico al virus causante de la varicela.